“¡Tengo deseos de remodelar mi casa, pero no me atrevo!”
Esta debe ser una de las frases que escucho con más frecuencia en mi práctica profesional. Es común encontrarnos con personas que tienen años viviendo en una casa, o usando un espacio, donde no se sienten cómodos y felices. Ya sea por temor a no tener el resultado esperado, por pensar que no se tiene el tiempo necesario, o simplemente por no saber por dónde comenzar, postergan año con año la decisión de un cambio. Aunque usted no lo crea así, la remodelación es un proceso totalmente disfrutable, que puede enamorar. La satisfacción de ver esa foto del “antes” y el “después”, no tiene precio! Así que aquí les comparto algunos consejos que le ayudarán a hacer de esa remodelación un proceso más sencillo.
- Defina sus objetivos
Tome papel y lápiz y anote las razones por las cuales quiere remodelar, téngala a mano. Esto le ayudará
a recordar el por qué de su decisión, en esos momentos en que se preguntara si “todo esto vale la
pena”. Sabemos que esos momentos llegarán! Haga una lista de los Pros y Contras de las características de su espacio. Establecerá entonces puntualmente cuales desea reforzar y mantener, y cuales eliminar.
- Contrate un profesional
Dependiendo de los alcances de su remodelación, será necesario contar con los servicios de un profesional en el área. Interioristas, arquitectos, ingenieros,…cada uno tiene un campo de acción específico, que le asegurará el mejor resultado para su inversión. No dude en pedir referencias a otros clientes sobre trabajos previos. Haga preguntas específicas sobre los resultados obtenidos.
- ¿Fue un proceso fluido?
- ¿Esta actualizado en el conocimiento de materiales?
- ¿Cuenta con contratistas experimentados?
- ¿Cumple con los plazos estipulados?
- ¿Es comunicativo y accesible?
Sobre todo, confíe en sus instintos. Si no se siente cómodo con esta persona, dé un paso atrás y siga en la búsqueda.
- Organice sus ideas
No solo en su mente! Físicamente! Cree un archivo de ideas e imágenes de cosas que le gustan, colores, formas, texturas, ambientes. No se detenga a pensar cómo se puede lograr ese efecto, o si tiene aplicación en su proyecto. Es el momento de soñar, no se limite. Este recorrido visual de imágenes es el reflejo de su personalidad. Que su diseñador lo conozca es clave para el éxito del proyecto.
- Invierta en el planeamiento
Constantemente recuerdo la frase de un profesor de la universidad: “el papel todo lo aguanta”.
Esta es la etapa para equivocarse y corregir, con un propósito. El propósito de asegurarse de que el proyecto a ejecutar cumple con sus objetivos de diseño, y que los cumplirá en un tiempo y con un presupuesto determinado.
Valore un juego de planos detallado. Entre más completa sea la etapa de diseño y proyección, menos riesgos de errores y cambios durante la ejecución. Y todos sabemos lo que los cambios implican. Más tiempo, más materiales, más mano de obra. En fin, más dinero.
- Sin embargo, no esté cerrado a los cambios
La planeación es un proceso que disminuye riesgos, pero no los elimina totalmente. Siempre hay lugar para un imprevisto o para un cambio de opinión. Es preferible invertir 100 adicionales hoy, en un cambio de última hora, que tener que invertir 1000 mañana en una corrección no hecha a tiempo.
- Identifique sus puntos no negociables
Puede ser la incorporación de una pieza especial de mobiliario, una cantidad determinada de m2 a utilizar, una ventana con una vista espectacular, un piso de piedra natural bello que siempre quiso tener, no importa. Es “eso” que usted no está dispuesto a sacrificar. El logro de esos puntos no negociables debes ser su primera misión y la de su diseñador. Es frustrante llegar a un punto de avance en el proyecto donde tenemos ya apretado el presupuesto, o se nos acaba el tiempo, y vernos en la necesidad de sacrificar aquello, que era tan importante para nosotros, para cubrir actividades secundarias. Evítalo a toda costa, ocupándose de lo no negociable desde un inicio.
- Conozca sus alcances, administre su presupuesto
Este proceso de remodelación no debe acabar con sus finanzas.
Sea realista en sus expectativas. Si va a financiar su proyecto con un banco, sea honesto con su asesor. Establezca su capacidad de pago, y deje margen para los imprevistos.
- Compre con anticipación
Cuando le sea financieramente posible…
Comprar con anticipación los materiales que requieren de una selección cuidadosa de su parte, lo liberara de mucho del estrés del proceso constructivo. Al hacer la selección anticipadamente, contará con más tiempo para investigar y estudiar sus opciones. Se asegurará además de tener su producto a tiempo en el proyecto, para la instalación, evitando retrasos innecesarios y costosos.
- Sea eficiente en su proceso de compra
Una manera de bajar sus costos es cotizar cada producto con diferentes proveedores, para optar después por la mejor oferta. Es posible que lo logre. Por supuesto, esto implica una inversión considerable de tiempo, y una labor de seguimiento de órdenes y entregas mucho más exigente. Una mejor opción es identificar los proveedores que tengan la gama más completa de productos, y negociar por paquete. Entre mayor volúmen de compra, mayores posibilidades de descuento. Entre más productos logre concentrar en un mismo proveedor, menos tiempo invertirá en gestiones de compra.
- ¡Su inversión, Su espacio, Su confort, Su sueño!
Jamás pierda de vista eso!
Le gusta escuchar la opinión de otras personas? Pídala, pero no a muchas personas, ni a cualquier persona.
Si para usted es de primera importancia sentirse cómoda en su espacio, pida opinión a personas que la conozcan bien, que conozcan su forma de vida y sus costumbres.
Si usted es una persona enfocada en la vigencia de los estilos, pida opinión a esa amiga que siempre está a la moda, que viaja mucho, que tiene mentalidad abierta.
Por encima de todo, que sus decisiones la dejen 100% tranquila.
¡Anímese! ¡Y compártenos esa foto del “Antes” y el “Después”!
Angela Morán
Arquitecta – UNAH